La miel que evoca al desierto, al atardecer, al Sol. Paisajes que se dibujan en la piel; una curva, una línea, una caída... La silueta recostada de una mujer. Un sentimiento: ¿sed?, ¿calor? Y qué tal una sensación... qué tal si me riegas cada día y marcas mi arena con tus huellas mientras me miras, mientras me tocas... Untuoso y dulce es el néctar, el caramelo, que a tus labios hechizan y atrapan en danza voraz. El agua que emerge de entre la grieta descubierta y cae sinuosa. Una rosa...
...llena de espinas.
Natalia G. Raimbault ©
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